viernes, 20 de abril de 2007

jaRdín...





...mejor dicho: Balcón.

Mientras mis posibilidades de habitar un lugar con un cuadro de tierra dismunuyen más rápido que un reguetón en medio de una redada, decido que es hora de conformarme.

"Si Dios te da limones haces limonada" dicen los gringos, y me aferro a ese credo como un niño a las piernas de su madre.

Armada con mi arsenal de jardineras y tarros plásticos, humus, palita y tierra sobrada de varios fútiles intentos anteriores, me propongo a hacer de ese balcón en una cuidad vieja mi paraíso.

Semillas gringas de lechuga, eneldo, guisantes y zinnias, compradas hace más de un año en una tienda de a Dólar, y para colmo expiradas, luchan por un espacio para crecer.

13 días de agua diaria y charla. La emoción de los primeros brotes, más charla, más agua... y crecen. La decepción al darme cuenta que son sólo hierba mala.

Supongo que cuando sólo tienes problemas que contarles a las semillas, eso suele suceder. Dejaré de hablarles, pero no de regarlas, igual tengo suerte y saco una lechuguita de todo eso.

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