lunes, 22 de septiembre de 2008

cuando el miedo se muda a casa

Es muy duro que la situación actual de nuestra isla nos lleve a un estado de estrés constante. Al estrés usual de todo aquel que trabaja para asegurarse un futuro se le suma el estrés de tener que cuidar lo que conseguimos con el sudor de nuestra frente, espalda, neuronas o manos.

Miedo en la calle, a que nos asalten antes de poder llegar al carro, al atraco/secuestro en el concho, al jalón de la cadena mientras se va por las aceras, lo más triste de todo, miedo en nuestro hogar. Que algo de lo que intentamos hacer nuestro refugio, nuestro santuario personal, sea la causa de un terror tan intenso que interrumpe el sueño.

He de decir que últimamente no me he sentido segura en casa. El alto índice de robos y atracos que se comenten en Ciudad Nueva va en aumento, y el lugar en el que pensé que podría poner a fluir mi creatividad es ahora la causa de mi mayor bloqueo. Todas las noches pienso en mi “multilokeado” carro, ahí en la calle solito… si se activa la alarma ya ni me inmuto, no voy a arriesgar mi vida por cuatro gomas, pero qué hago con los ladrones que oigo por los tejados?

No creo aguantar veinte días sola ahí, no creo que una alarma y unas rejas puedan contener a un criminal obstinado. No me quejo, soy afortunada, puedo agarrar mi maletita e irme a la seguridad de un Diandy en Naco en lo que la roommate está de viaje, pero y los que no tienen la misma opción?

No hay comentarios: